La Jota, en lo que al urbanismo se refiere, podríamos decir que fué un enfermo grave cogido a tiempo, y que, aunque le quedaron secuelas de por vida, fue salvado «in extremis» antes de que su situación fuese irremediable.
Como ya se ha relatado en el nacimiento del mismo viene a coincidir con
La urbanización de parcelas estuvo condicionada por el entramado de acequias que surcaban estos terrenos que acababan de ser arrebatados a
Los bloques de pisos
Esta parcelación primera, con ser tan modesta en su construcción, no estuvo exenta de cierto encanto. Sus calles bien alineadas, con un ancho suficiente y aun generoso, iluminación, arbolado, agua y vertido. Los problemas vinieron cuando a esta clase de urbanización, más propia de barrios rurales, se le fueron añadiendo sin ningún miramiento estético ni práctico, bloques de pisos que, como un grueso cinturón, ahogaban y amenazaban con el «estrangulamiento» de las parcelas.
Por otro lado traían un gran aumento de población con unas necesidades de equipamiento no previstas y que, sin ninguna previsión anterior adecuada, resultan luego casi imposible de satisfacer.
Otra calamidad adicional fue el no hacer aparcamientos subterráneos salvo en casos muy contados, por lo que el problema de circulación y aparcamiento, en una época en la que comenzaron a proliferar lo coches, se hizo grave, añadido a la dificultad que las acequias sin cubrir ofrecían a una circulación medianamente fluída.
No es de extrañar que los vecinos de «parcelas» se sintieran como «invadidos» por los de los bloques de pisos y ello diera lugar a más de un malentendido, como el que se originó cuando un simple estudio de los técnicos del Ayuntamiento en 1976 ofrecía como solución a la falta de zonas verdes, el derribo de unas 50 parcelas situadas en el centro de
Lógicamente la solución era disparatada, máxime teniendo en cuenta la cantidad de solares disponibles en los alrededores, pero la reacción de algunos también lo fue y la Asociación de Vecinos hubo de emplearse a fondo para dejar claro que ella nada tenía que ver con unos planes que
Los años decisivos
El bienio 79-81 fue decisivo en la regulación urbanística del Barrio, así como en la dotación de servicios en la línea que había marcado el Plan Parcial de 1976 para el Polígono 52 y que el Plan General de Ordenación Urbana de 1986 asumió en su totalidad.
Decimos que fue decisivo porque el primer Ayuntamiento democrático, elegido ese año de 1979 y espoleado por la Asociación de Vecinos, en una maniobra magistral logra permutar a
De inmediato, a la vez que se acometía la urbanización de las calles y el cubrimiento de acequias, se crea el Parque de Valmaseda de unos
El Plan Parcial del año 1976
El Plan Parcial aprobado en 1976 para el Polígono 52 tiene dos partes bien diferenciadas.
Por un lado la 52-A, que comprende básicamente la zona de parcelas, cuya pervivencia queda garantizada al limitar a planta y piso la capacidad de construcción en ella.
Y la otra parte, la 52-B, que arrancando de Avenida La Jota llega hasta el Ebro por el Colector y Vadorrey. Esta segunda zona, escasamente edificada por entonces, es declarada de edificabilidad media (75 viviendas por Ha.) y se reservan en ella terrenos suficientes destinados a equipamientos lo mismo públicos como privados.
Así irán surgiendo en esa zona el Instituto «Pilar Lorengar», el Centro Deportivo Municipal, el Parque de Oriente, el Colegio privado Don Bosco, los campos deportivos de Vadorrey y, en este mismo momento, dos centros de carácter religioso.
Su edificación, que partía ya de tres «actuaciones aisladas» construidas en los primeros y mediados 70 (Vadorrey, Colector y Cº Valimaña) con unas 1.800 viviendas, se está viendo rápidamente completar con la Urbanización «Parque de Oriente», los adosados de
Con estas realizaciones se puede dar por agotado, prácticamente, el volumen edificable en todo el Polígono a salvo de algún que otro solar disponible en los aledaños del trazado del Tercer Cinturón.
El Polígono 52-A
Volviendo al Polígono 52-A (Avda. Cataluña - Avda. La Jota) hay que destacar el esfuerzo que se hizo por conservar y adecentar la zona de «parcelas» limitando, como ya se ha dicho, su edificabilidad y creando calles peatonales y rincones de evidente encanto como el de
El limitar a planta y piso la edificabilidad de las «parcelas» las salvó de la irremediable piqueta que las amenazaba por la voracidad inmobiliaria y aunque fue una medida criticada incluso por algunos propietarios más amigos de especular que de vivir en ellas, bien podemos decir hoy, con la perspectiva que da el tiempo pasado, que fue una excelente medida que convierte a nuestro Barrio en uno de los más habitables de
Capítulo aparte merece el Subpolígono 52-B-1-1 (para entendernos, el solar de
Planeado para edificar en él nada menos que siete bloques de pisos, quiso la fortuna que alguien en el Ayuntamiento cayera a tiempo en la cuenta del disparate y se parara la edificación de los bloques 1, 4, 5 y 6, ya proyectados.
De resultas de esta medida la Inmobiliaria abandonó el solar, por supuesto sin urbanizar, y así permanece después de 30 años, con charcos y matojos, para vergüenza de la propiedad y del Ayuntamiento que lo consiente.
La Asociación de Vecinos lleva varios años forzando el entendimiento entre las partes con el fin de que se acabe de una vez con el problema y se dote al Barrio de una Plaza,
En este momento, superadas ya innumerables barreras de tipo legal, podemos decir que el proyecto de la Plaza ha sido presentado al Ayuntamiento, y que cumplidos los trámites al uso será expuesto en breve a información pública para su posterior puesta en ejecución. Tendremos que celebrarlo por todo lo alto.
Una zona
prácticamente irreconocible
Para terminar, una mención a la nueva urbanización surgida en el solar de
De características similares a
Bien podemos asegurar que en muy pocos años, con la actual demanda de pisos, vamos a ver transformada
No hay comentarios:
Publicar un comentario