Todo camino comienza por un solo paso.
Ya hemos hablado de simplificar nuestra vida y dentro de esa filosofía de consumir menos y mejor, nos podemos plantear apostar por el comercio justo en ciertos productos típicos: café, chocolate, azúcar, artesanía para regalos, …
Son productos no perecederos, que apenas afectan a nuestro bolsillo o que podemos hacerles un hueco renunciando a algún otro comestible superfluo (de esos suelen estar los carritos llenos), pero que marcan la diferencia para quien los cultiva.
“¿Estás listo para pasar de ser consumidor sin más a consumidor responsable?.
Recuerda que no debes comprar a lo loco, piensa si de verdad necesitas todo lo que compras y en cómo ha sido elaborado. Ahora ya sabes que tu decisión a la hora de comprar es importante porque consumir productos de comercio justo es una forma de contribuir a cambiar el mundo”
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