martes, 3 de abril de 2007

EL EBRO BAJA EMBRAVECIDO

No hay nada como una buena crecida. Ahí está el Ebro, majestuoso, impresionante, temible, hermoso, siguiendo la lógica de la Naturaleza, que demasiadas veces no entiende el hombre.

Imágenes del Ebro a su paso por Zaragoza y de los campos inundados en los pueblos aguas arriba de la capital. En Cabañas de Ebro, los vecinos charran de sus cosas sobre el muro de contención que los defiende de las ríadas.



Los zaragozanos sólo miramos al Ebro cuando baja hasta los topes de agua. El resto del año, pasan sus puentes a toda prisa zarandeados por el cierzo o achicharrados por el sol. Quizá con la Expo cambie la cosa, aunque sus responsables hablan más de torres, pabellones, puentes y edificios que de agua y sostenibilidad, como reza su lema. Y es que el ladrillo es el gran protagonista de estos tiempos. Pues cuidado con el Ebro, que como le dé una de sus locuras se lleva por delante la Expo con todos sus pabellones a medio hacer.

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