viernes, 26 de febrero de 2010

LA REVITALIZACION DE LA AVENIDA CATALUÑA


El anuncio de reformas en la avenida de Cataluña ha sido recibido con cautela por los vecinos después de muchos años denunciando su abandono. Los ciudadanos están satisfechos de que por fin se responda a sus demandas y se aborde el acondicionamiento de la calzada y de las aceras, pero saben que en ocasiones las mejoras no llegan. Sobre todo cuando se está hablando de una gran intervención que pretende transformar los campos y naves industriales en un entramado de calles y revitalizar un entorno degradado.

"Llevo instalada en el barrio más de trece años y en este tiempo no se ha avanzado en nada, todo sigue igual aunque un poco más viejo", asegura Isabel Tamayo, que acompaña a su hija después de la salida de clase. A partir de este momento, para ella lo fundamental es evitar que el anuncio "se quede en nada" y poco a poco integrarse en una ciudad en la que hasta ahora se consideran desplazados. "En algunas zonas no se sabe muy bien ni a que barrio pertenecemos: antes votaba en un lado y hace no mucho me cambiaron", afirma.

Pese a las dudas, las reformas llegarán. Ayer, el consejero de Infraestructuras, Jerónimo Blasco, se comprometió a afrontar el arreglo de las aceras más deterioradas con los 500.000 euros que aportará el Ministerio de Fomento por la cesión del tramo urbano. El compromiso se produjo con motivo del debate de una moción de CHA, aprobada por unanimidad, por la que se acuerda instar al Gobierno de España a la reversión del tramo de dicho viario entre Alcalde Caballero y el puente del Gállego para su reconversión en vía urbana.

Nueva avenida

La reforma venidera plantea construir dos infraestructuras de gran envergadura. La primera se trataría de una gran avenida que discurriría en paralelo a la de Cataluña y que uniría el puente del Gállego con el barrio de La Jota en el extremo más próximo al río. Mientras, la otra se centra en la construcción de un nuevo puente --al margen del ya previsto en la Ronda Este-- que uniría este segundo gran eje viario con Santa Isabel.

En el bar El Pilar, en los bajos de uno de los pocos bloques de viviendas que secundan la avenida Cataluña, los clientes se muestran escépticos. "Creo que en la zona lo que más se necesitan son tiendas para atraer población: con ellas los servicios irán llegando solos", reflexiona Lourdes Gaspar. En su opinión, la zona está servida de autobuses, colegios y centros sanitarios, por lo menos en su parte más cercana al centro. Lo más necesario es la revitalización de la vida cotidiana en la calle. "En los alrededores no tenemos ni un lugar en el que poder comprar el pan".

Respecto a la nueva avenida, Salvador Sánchez, considera que será necesaria para reducir el ruido del tráfico que tienen que sufrir la mayor parte de los vecinos. "Con más calles habría menos jaleo de coches", indica. "Estar alejados de los tumultos y disponer de mucho espacio para aparcar es de las pocas ventajas que tenemos por vivir alejados del centro de la ciudad", recuerda

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