En el acto, convocado por la Asamblea Ciudadana Contra la Guerra, se representó un 'tapiz humano' para denunciar también el 'pelotazo' aprobado por el Ayuntamiento de la ciudad en la recalificación del terreno que ocupa la fábrica
Instalaza, en el barrio de la Magdalena, fabricante de las bombas de racimo, entre otro armamento.
Tras la firma por España del acuerdo internacional que prohibe la fabricaciòn de este tipo de bombas, Instalaza alegó unas pérdidas de unos 12 millones de euros. Los grupos PSOE, PP y PAR del Ayuntamiento aprobaron duplicar la edificabilidad permitida en sus terrenos, con lo que su venta supondría para le empresa unos beneficios de más de 11 millones.La Asamblea contra la guerra recordó también que Gadafi utiliza bombas de racimo fabricadas en Zaragoza para masacrar las protestas que vive Libia desde hace semanas.
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