"Aquí no hay quien se aclare", comentaba ayer un cliente a la salida de la oficina comercial de Endesa en Zaragoza, en la calle Aznar Molina. Por segundo día, esta sede de la eléctrica se abarrotaba de cientos de consumidores, ávidos de información sobre la nueva facturación mensual y con los recibos bajo el brazo. A pesar de que el personal de la compañía exprimía al máximo sus facultades didácticas para explicar los cambios, las aclaraciones no bastaron para la mayoría.
En las filas de espera, en las que abundaba la gente mayor, el enfado se respiraba en el ambiente."Me piden 300 euros por el mes de enero, no puede ser. Algo han hecho mal, no estoy dispuesta a pagar de más", decía acalorada la joven Concepción Edu, natural de Guinea Ecuatorial. A unos metros, José Luis Marín, un jubilado del barrio Delicias, hacía su particular llamamiento: "Tenemos que quitarnos todos la domiciliación de la factura hasta que se aclare lo que ha pasado".
Tras el cabreo inicial y escuchar las explicaciones del personal de Endesa, la resignación era el sentimiento dominante. "No entiendo las explicaciones que me han dado pero no me queda más remedio que pagar. No me arriesgo a que me corten la luz", comentaba, encogido de hombros, Gabriel Lozano. Más conforme se mostraba Adolfo Monterde. "La gente está muy confundida. La factura ha subido porque, además del cambio del sistema de cobro, ha hecho mucho frío y el Gobierno nos ha subido la luz en enero", aseveraba.
Otros, sin embargo, están convencidos de que se ha producido un error y abandonaban la calle Aznar Molina con la intención de presentar una reclamación ante el servicio de Consumo de la DGA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario