José Luis Trasobares, en 'El periódico de Aragón'
Las posibilidades de que Zaragoza y el Alto Aragón lleguen a organizar unos Juegos de Invierno en el 2022 son ínfimas. Es cierto que de aquí a entonces la situación económica cambiará (si no, aviados estamos). Pero los costes de la operación a partir del momento en que la candidatura sea respaldada por el comité español (lo cual debe darse por hecho ante el prudente repliegue de Barcelona) y la necesidad de concitar la voluntad (en euros contantes y sonantes) de diversas administraciones pone el objetivo en la estratosfera. No habrá Olimpiada Blanca ni Expopaisajes ni nuevo campo de fútbol ni capitalidad cultural europea ni ninguno de esos macroproyectos vinculados al bisneo inmobiliario (incluso la ampliación de las pistas de esquí está en el aire). No los habrá porque faltará dinero y porque ya no es posible movilizar recursos privados mediante recalificaciones de suelo. Esa veta está agotada, al menos para los próximos ocho o diez años. En cuanto a las cajas, habituales soportes financieros de las superverbenas institucionales, no creo que puedan ni alentar después de hacerse cargo de los emblemas arquitectónicos de la Expo y aportar dinero para la urbanización de Arcosur (¡urbanizar un nuevo barrio cuando Ibercaja y CAI tienen en su cartera cesaraugustana miles de pisos sin colocar!).
No se hará la travesía de alta capacidad en el Pirineo Central (lo repito para vacunar de futuras decepciones a los ingenuos) y será preciso pelear por cada metro de autovía. Habrá que atender el pago de unas deudas que sin ser las más pesadas de España tampoco son ligeras y encima no han cesado de aumentar en los últimos meses. Catalá se va y Larraz está de los nervios. Esto no da para más. Hay que frenar en seco y priorizar cuidadosamente los gastos.
¿Y Gran Scala?, me preguntan los morbosos. Qué quieren que les diga. Supongo que se va a mantener la broma (como todas las demás) por lo menos hasta las próximas elecciones. Pero en fin... De todas formas, hace ya días que ILD o quien sea va anunciando por ahí un curso de croupieres para la supuesta neociudad del juego y el ocio. Hay que aforar 1.675 euros. Aquellos que aún creen deberían apuntarse.
No se hará la travesía de alta capacidad en el Pirineo Central (lo repito para vacunar de futuras decepciones a los ingenuos) y será preciso pelear por cada metro de autovía. Habrá que atender el pago de unas deudas que sin ser las más pesadas de España tampoco son ligeras y encima no han cesado de aumentar en los últimos meses. Catalá se va y Larraz está de los nervios. Esto no da para más. Hay que frenar en seco y priorizar cuidadosamente los gastos.
¿Y Gran Scala?, me preguntan los morbosos. Qué quieren que les diga. Supongo que se va a mantener la broma (como todas las demás) por lo menos hasta las próximas elecciones. Pero en fin... De todas formas, hace ya días que ILD o quien sea va anunciando por ahí un curso de croupieres para la supuesta neociudad del juego y el ocio. Hay que aforar 1.675 euros. Aquellos que aún creen deberían apuntarse.
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