Los sindicatos y las asociaciones sanitarias se mostraron ayer «categóricamente en contra» de la decisión tomada por el Servicio Aragonés de Salud, por la que 33.000 pacientes del hospital Royo Villanova serán atendidos a partir del 2009 por el servicio de Traumatología de la MAZ durante los próximos cinco años.
«Incapacidad», «privatización» y «fallo en la gestión» son algunos de los calificativos que emplearon no solo estos colectivos para referirse a la medida del Salud, sino también los partidos de la oposición en el Gobierno de Aragón. Todos ellos denunciaron que la externalización de este servicio no es «una medida coyuntural» tomada por la administración y solo sirve para enmascarar «los fallos en la gestión», tal y como explicó Juan Urdariz, secretario general de Sanidad en Comisiones Obreras. «Durante mucho tiempo, el Royo Villanova ha sido un hospital de juguete. Se vendió como el centro de referencia para la margen izquierda y ni siquiera tenían especialidades», argumentó Urdariz.
Algunos de estos colectivos apuntaron que una de las medidas que mitigarían en parte la lista de espera sería el incremento de los recursos humanos. «Las esperas las gestionan los propios profesionales», defendió Urdariz. Mientras, José Miguel Salas, responsable de sanidad de UGT
Aragón, apuntó que una de las soluciones para evitar «la condena» a que el Royo Villanova se convierta «en un hospital a medio gas» sería la convocatoria de plazas especiales para este centro sanitario.
«Con esta medida queda en entredicho la viabilidad del Royo Villanova, que no es el gran hospital de la margen izquierda». Así se expresó Lorenzo Arracó, secretario general de CEMS Aragón, que lamentó que las medidas «siempre vayan por detrás de las necesidades».
No hay comentarios:
Publicar un comentario