Jose Luis Trasobares , en 'El Periodico de Aragon'
Suma y sigue. Blanco anuncia que las infraestructuras sufrirán retrasos en toda España (¿en toda, toda?). En lo que va de año, Aragón se ha cargado con trescientos millones más de deuda (pero tranquilos que otras comunidades aún van peor). El alcalde de Barcelona ha pasado a un segundo plano su intentona olímpica. Jerónimo Blasco, sin embargo, asegura que la candidatura aragonesa para los Juegos invernales del 2022 seguirá en marcha, pues de momento (según él) no supone mucho gasto y además, si al final es preciso embarcarse en la aventura, mal será que para entonces no haya pasado esta crisis tan tonta y estemos otra vez subidos en la locomotora de la alta velocidad inmobiliaria.
Es flipante esto de que nuestros amados jefes apuesten por ralentizar las inversiones en servicios fundamentales y cosas prácticas pero no renuncien a los eventos. A lo mejor aún no se han enterado bien de lo que está pasando. Pero por abajo tampoco veo la cosa muy fina. Agobia de verdad oír o leer a ciudadanos abducidos por los argumentarios neocón (o paleocón más bien) que vuelcan su rabia contra los artistas y creadores con fama de progres, como si Víctor Manuel yAna Belén tuviesen la culpa del ajuste. Es inquietante tal salida porque, a cuenta de la voracidad recaudatoria de la SGAE, se está colocando bajo el foco de unas críticas desaforadas a personas que, en su mayoría, están donde están merced a su talento. Denigrar a Pedro Almodóvar o aJavier Bardem (dos paradigmas del éxito, dos perfectos representantes de España en el exterior) profundiza la naturaleza última de esta crisis que procede, entre otras cosas, de los déficits que arrastra este país nuestro en materia de innovación, de inteligencia y de calidad.
Lo que aterra es contemplar a figuras del famoseo más cutre (esa Belén Esteban ejerciendo de reinona televisiva) mostrando a jóvenes y mayores cómo vivir a lo grande sin renunciar al analfabetismo funcional. O saber que un jugador del Zaragoza (Jermaine Pennant sin ir más lejos) se ha llevado esta temporada 2,4 millones de euros en pagarés avalados por el contrato de Aragón TV con Agapito. Eso... duele.
Es flipante esto de que nuestros amados jefes apuesten por ralentizar las inversiones en servicios fundamentales y cosas prácticas pero no renuncien a los eventos. A lo mejor aún no se han enterado bien de lo que está pasando. Pero por abajo tampoco veo la cosa muy fina. Agobia de verdad oír o leer a ciudadanos abducidos por los argumentarios neocón (o paleocón más bien) que vuelcan su rabia contra los artistas y creadores con fama de progres, como si Víctor Manuel yAna Belén tuviesen la culpa del ajuste. Es inquietante tal salida porque, a cuenta de la voracidad recaudatoria de la SGAE, se está colocando bajo el foco de unas críticas desaforadas a personas que, en su mayoría, están donde están merced a su talento. Denigrar a Pedro Almodóvar o aJavier Bardem (dos paradigmas del éxito, dos perfectos representantes de España en el exterior) profundiza la naturaleza última de esta crisis que procede, entre otras cosas, de los déficits que arrastra este país nuestro en materia de innovación, de inteligencia y de calidad.
Lo que aterra es contemplar a figuras del famoseo más cutre (esa Belén Esteban ejerciendo de reinona televisiva) mostrando a jóvenes y mayores cómo vivir a lo grande sin renunciar al analfabetismo funcional. O saber que un jugador del Zaragoza (Jermaine Pennant sin ir más lejos) se ha llevado esta temporada 2,4 millones de euros en pagarés avalados por el contrato de Aragón TV con Agapito. Eso... duele.
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